viernes, 20 de septiembre de 2013

Rentabilidad en la empresa

Todos los días como empresarios o tomadores de decisiones nos preguntamos: ¿Cómo podemos hacer que nuestro negocio sea más rentable?, ¿Cómo podemos sacar el mayor provecho a los ingresos de tiene la empresa?, ¿Cómo podemos medir la rentabilidad?
Como dicen los clásicos, hay que empezar por el principio… Tomemos la definición básica de rentabilidad. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española: “Rentabilidad: Cualidad de rentable. Capacidad de Rentar”. La traducción al inglés da como resultado “Profitability”. La cual procede del vocablo “Profit”, que en español significa “Beneficio”. Por lo que siendo simplistas la rentabilidad es un beneficio, en pocas palabras es ganar.

La postura de Peter Drucker con respecto a la rentabilidad es que se trata de un parámetro de medición de los resultados. “La rentabilidad no es el propósito, sino un factor determinante, de la empresa de negocios y de la actividad de negocios. Necesitamos una medida, no un total.” Una explicación rápida es que la rentabilidad puede ser positiva o negativa. Cuando una organización tiene pérdidas en su operación el resultado es una rentabilidad negativa, pero como dirían los estudiosos del tema, rentabilidad al fin.

No existe una regla universal para lograr la rentabilidad porque cada organización tiene sus propios objetivos y busca la mejor forma para lograrla y medirla. No es el mismo objetivo el de una institución financiera al de una ONG o una manufacturera. La fórmula que para una empresa puede funcionar a otra la puede llevar a la quiebra. Aunque las reglas en los negocios son constantes, cada empresa debe ejecutarlas de acuerdo a sus metas buscando mantener siempre los costos y gastos más abajo que las ganancias.

Mismo objetivo, condiciones opuestas.

Para dar una mejor idea, podemos tomar como ejemplo de rentabilidad una carrera de autos. Durante el transcurso de la carrera, cada auto puede realizar varios cambios de llantas, entrar a recargar combustible hasta en 3 ocasiones y reparar algún daño de carrocería o motor para finalizar la carrera. De acuerdo a las reglas de competencia, algunos de los pilotos o las escuderías, logran el beneficio de los puntos llegando a la meta entre los primeros diez lugares. Si logran esto, el resultado es que la competencia fue rentable.

Comparando la carrera con la operación de una flotilla de autos o camiones de carga, el dueño o administrador de esta busca optimizar los gastos por ejemplo; ahorro en uso del combustible, evitar la picadura de llantas, no tener accidentes de ningún tipo aunque solo sean pequeños golpes. Si al final del periodo de medición se lograron evitar cualquiera de este tipo de incidentes y tan solo los vehículos son llevados al mantenimiento preventivo que se debe dar por el desgaste natural de la unidad, el resultado es que la operación del vehículo fue rentable.

Con este ejemplo, podemos visualizar que cada situación de competencia tiene sus reglas y cada organización debe ajustar su operación para poder alcanzarlas de acuerdo al entorno en el que se desempeña.

Lo que para unos puede ser ganancia como en el caso de la carrera, el utilizar tres juegos de llantas en una competición, porque así está calculado desde el momento que se realiza la planeación de la carrera para llegar a la meta y alcanzar puntos en el ranking del serial.

El administrador de la flotilla planea que la duración de los neumáticos sea de por lo menos seis meses, considerando que en este tiempo y de acuerdo al uso de los vehículos no se le presenten baches, vidrios o alguna piedra o clavo en el camino. Con la experiencia en su negocio, sabe que eso pasará y planea tener los repuestos necesarios para cada incidencia. Pero su objetivo no es cambiar las llantas sino hasta que el periodo finalice.

La rentabilidad no sólo se mide por el resultado de lograr que las ventas sean más altas que los gastos; hay una gran cantidad de factores que al final permiten medir la rentabilidad del negocio y dependen de los objetivos de cada organización: La optimización de los recursos financieros, la capacidad de re invertir para mejorar las operaciones, darle a la empresa una imagen de responsabilidad social, capacitar de forma permanente al personal, etc.

Pero al final también está lograr obtener utilidades libres de impuestos que se vean reflejadas en las carteras de los inversionistas o dueños de la empresa.