- Compañías como Facebook cada vez interponen más demandas por violación de la marca con el fin de evitar que start-up y otros grupos usen nombres similares.
Los ingenieros Kyle Clark y Aaron Pollak, de 35 y 30 años respectivamente, decidieron el año pasado nombrar a su nuevo proyecto Designbook basándose en los cuadernos marrones que los estudiantes de ingeniería emplean para documentar proyectos.
"La noción de un libro de diseño es algo que intentamos reproducir en el espacio digital", comenta Pollak, cuya start-up con seis empleados intenta ayudar a los emprendedores a encontrar colaboradores para proyectos nacientes. Designbook también planea ayudar a las start-up a recaudar dinero a través de la red de inversores particulares adinerados mediante un proceso conocido como "financiación colectiva" (equity crowdfunding).
Pero Designbook se topó con un imprevisto inesperado el mes pasado cuando el gigante de las redes sociales Facebook interpuso una objeción a su nombre en la Oficina de Patentes y Marcas estadounidense. Facebook exponía que Designbook violaría la marca de la compañía, confundiría a los consumidores y diluiría su marca.
Una portavoz de Facebook añadió que, como propietaria de multitud de marcas famosas, Facebook se toma en serio su responsabilidad a la hora de proteger razonablemente sus marcas y prevenir la confusión de los consumidores.
Señaló que la solicitud de marca de Designbook solicitaba protección para un servicio de red social, lo que se unía al hecho de incluir la palabra "book" en su nombre. Eso daría lugar a una combinación que Facebook considera que podría confundir con facilidad a los consumidores, aseguraba la portavoz.
Los registros de la Oficina de Patentes y Marcas de EEUU muestran que Facebook se ha implicado en más de 100 procesos de oposición. La portavoz de Facebook indicó que esta cifra incluye cuestiones activas e inactivas y diversos tipos de procesos de marca, incluidos aquellos en los que la compañía se opone a una marca, solicita una extensión para negociar una disputa con otra parte, o apela una decisión que implica sus propios esfuerzos de registro de una marca.
Añadió que Facebook ha presentado menos de 100 avisos de oposición en disputas de marca en EEUU en los últimos cinco años.
Otra disputa sobre el uso de la palabra "book" como sufijo implicó a Teachbook, una start-up de tecnología educativa. La compañía cambió el nombre a TeachQuest en 2012, después de que un juez federal de Illinois rechazase su petición para que se desestimase una demanda por marca patentada presentada por Facebook. "Les planteamos una gran batalla", asegura Mike Rodenbaugh, un abogado de San Francisco que representó a Teachbook, añadiendo que su cliente no podía permitirse una batalla legal más prolongada.
La ley de marcas tenía como fin ayudar a las firmas a proteger sus marcas en un área geográfica pequeña, comenta Wendy Seltzer, la fundadora de ChillingEffects.org, una página que rastrea las disputas legales que implican la expresión en la red. Pero con el auge de Internet, añade, "hay más colisiones potenciales y es más difícil encontrar cosas que sean distintivas a nivel global".
Con una marca tan fuerte como Facebook, "la compañía tiene que ser muy cuidadosa con permitir a otros usar marcas que pudieran ser asociadas con ella", explica Siegrun Kane, un experto en la ley de marcas.
Algunos abogados temen que este tipo de objeciones puedan dificultar que las jóvenes empresas tengan éxito. "Obliga a los recién llegados a buscar nombres arbitrarios, sugerentes o imaginativos, que resultan más difíciles de vender porque la gente desconoce cuál es tu producto o servicio", indica Betsy Rosenblatt, la directora del Centro para la Ley de Propiedad Intelectual de la Escuela de Derecho Whittier en Costa Mesa, California.
Facebook se ha encontrado en ocasiones al otro lado de las disputas de marca. En 2011 Timelines, una empresa de Chicago que permite a los usuarios crear sus propios registros históricos, presentó una demanda en el Tribunal del Distrito de Chicago para evitar que Facebook usase el nombre "Timeline" para un nuevo perfil. Ambas partes acordaron desestimar el caso en 2013, según los archivos del tribunal.
Además, algunas compañías han podido usar "book" sin incidentes. En 2012 se lanzó Handybook, un portal de servicios para el hogar por demanda, pero el año pasado cambió su nombre por Handy al considerar que era más adecuado, según explica su cofundador Oisin Hanrahan.
"No tuvo nada que ver con Facebook", asegura Hanrahan. "La gente no entendía por qué hacíamos referencia a un libro físico en nuestro nombre. No estaba claro que se refiriese a las reservas".
Draeke Weseman, un abogado de marcas de Minneapolis que representa a start-up, explica "a los clientes que espera que no tengan más apego a un nombre sobre otros". Debido al creciente número de objeciones como la presentada por Facebook, ha empezado a llevar a cabo investigaciones sobre las variaciones de nombres de start-up para determinar "si la marca, o marcas similares, encuentran la oposición de una gran corporación".
Pollak, de Designbook, señala que la disputa por el nombre ha supuesto una distracción, añadiendo que es probable que el grupo tenga que gastar miles de millones de dólares en honorarios legales, dinero que preferiría destinar a aplicaciones en la red o al desarrollo de la comunidad.
"Nunca se nos vino a la mente que hubiese un problema con un sufijo", asegura.
Como compañía, Designbook "es una plataforma para emprendedores y negocios emergentes", no una plataforma de redes sociales, añade. El mayor problema para Designbook son los esfuerzos de Facebook para bloquear el lenguaje de marca en otra categoría, la de las telecomunicaciones. Eso podría impedir que los emprendedores utilicen su plataforma para compartir proyectos y otros materiales dirigidos a inversores potenciales que recurran a la financiación colectiva.
La plataforma aloja en la actualidad a unas 400 start-up; también ha celebrado cinco competiciones de modelos de negocio y tiene otras ocho en proyecto.