El cloud se ha metido en nuestras vidas para siempre; el ser
humano tiene una capacidad innata para apreciar lo que simplifica su
existencia, y el cloud lo hace.
Por Pedro Soldado
Director General de Iberia-Latam en Micro Focus
La movilidad, el Big Data y la nube, siempre en el marco de
internet, definirán un 2014 caracterizado por los cambios. La clave sigue
siendo el dato y lo que cambia es la manera de acceder y gestionar la
información. El valor diferencial estará en la eficiencia del medio, su
fiabilidad y su seguridad.
Las tecnologías disruptivas promueven la creación de nuevos
modelos de comportamiento, actividad o negocio, o bien la transformación
radical de los ya existentes a los que añaden nuevas funcionalidades. También
aceleran la extinción de productos y servicios que parecían eternos, y su
sustitución por otros más eficientes, económicos y multifuncionales.
El fenómeno de la ubicuidad, asociado al de la movilidad,
impulsa un cambio radical que afecta a casi todas las parcelas de la actividad
del ser humano entendido como sujeto digital. El cloud computing aparece como
paradigma emergente, con importantes consecuencias en la manera como
trabajamos, en el modelo de propiedad de las TI y cómo éstas se utilizan, así
como en los servicios que se ofrecen.
La empresa cloud es ubicua, móvil y flexible, tiene su
infraestructura TI externalizada -al menos en parte-, paga en función del uso
que realice de aplicaciones y servicios y, lo que es más importante, plantea un
nuevo marco de servicio e intercambio con sus clientes. Como ciudadanos, el
cloud ofrece otra manera de relacionarnos con las administraciones públicas y
de acceder a sus servicios. En el ámbito privado, el cloud nos ayuda a
gestionar nuestro día a día, relacionarnos con familiares y amigos, y organizar
y disfrutar nuestro entretenimiento.
El cloud computing es un ejemplo de convivencia sostenible
de multitud de tecnologías y dispositivos, que resulta casi milagrosa si
tenemos en cuenta el número y variedad de los actores que intervienen. El cloud
destaca por su transparencia para los usuarios: las cosas funcionan sin más, lo
que les aporta una experiencia altamente satisfactoria que facilita la
extensión del fenómeno, que no encuentra las barreras de entrada a las que
tradicionalmente se enfrentaban otras innovaciones. El cloud se ha metido en
nuestras vidas para siempre y ya no podremos, ni querremos, prescindir de él.
El ser humano tiene una capacidad innata para apreciar de inmediato aquello que
simplifica su existencia, y el cloud lo hace.
El futuro más probable para el modelo cloud es el híbrido,
donde también se plantea una mezcla de los tipos de nube y virtualización, un
modelo accesible para diferentes tipos de empresas, un modelo que dependerá de
un System Integrator que garantice la eficiencia entre la integración,
escalabilidad, personalización y seguridad del negocio en la nube.
La realidad es que, lo que haya detrás de la interfaz, poco
importa a la mayoría, usuarios y consumidores. Para eso estamos las empresas de
TI, para hacer posible, no sin esfuerzo, que todo funcione: desde la
conectividad y el acceso hasta el almacenamiento, desde los servidores hasta
las aplicaciones, para que todo opere de manera armónica y sin conflictos.
Sacar al cloud las aplicaciones de negocio críticas de una empresa no es una
tarea fácil y menos si éstas tienen años, sin quebrar su seguridad y añadiendo
funcionalidades, pero es posible y se hace todos los días con éxito. Ésta es
una tarea en la que Micro Focus es un actor destacado, migrando aplicaciones
desde el mainframe a otras plataformas más actuales, o facilitando el acceso
Web a aquéllas, realizando todas la pruebas necesarias que garanticen su
seguridad, la funcionalidad y facilidad de uso que exigen los usuarios.
Publicado
en Mundo Contact