miércoles, 15 de enero de 2014

Migrando al cloud las aplicaciones críticas de negocio

El cloud se ha metido en nuestras vidas para siempre; el ser humano tiene una capacidad innata para apreciar lo que simplifica su existencia, y el cloud lo hace.     

Por Pedro Soldado
Director General de Iberia-Latam en Micro Focus

La movilidad, el Big Data y la nube, siempre en el marco de internet, definirán un 2014 caracterizado por los cambios. La clave sigue siendo el dato y lo que cambia es la manera de acceder y gestionar la información. El valor diferencial estará en la eficiencia del medio, su fiabilidad y su seguridad.

Las tecnologías disruptivas promueven la creación de nuevos modelos de comportamiento, actividad o negocio, o bien la transformación radical de los ya existentes a los que añaden nuevas funcionalidades. También aceleran la extinción de productos y servicios que parecían eternos, y su sustitución por otros más eficientes, económicos y multifuncionales.

El fenómeno de la ubicuidad, asociado al de la movilidad, impulsa un cambio radical que afecta a casi todas las parcelas de la actividad del ser humano entendido como sujeto digital. El cloud computing aparece como paradigma emergente, con importantes consecuencias en la manera como trabajamos, en el modelo de propiedad de las TI y cómo éstas se utilizan, así como en los servicios que se ofrecen.

La empresa cloud es ubicua, móvil y flexible, tiene su infraestructura TI externalizada -al menos en parte-, paga en función del uso que realice de aplicaciones y servicios y, lo que es más importante, plantea un nuevo marco de servicio e intercambio con sus clientes. Como ciudadanos, el cloud ofrece otra manera de relacionarnos con las administraciones públicas y de acceder a sus servicios. En el ámbito privado, el cloud nos ayuda a gestionar nuestro día a día, relacionarnos con familiares y amigos, y organizar y disfrutar nuestro entretenimiento.

El cloud computing es un ejemplo de convivencia sostenible de multitud de tecnologías y dispositivos, que resulta casi milagrosa si tenemos en cuenta el número y variedad de los actores que intervienen. El cloud destaca por su transparencia para los usuarios: las cosas funcionan sin más, lo que les aporta una experiencia altamente satisfactoria que facilita la extensión del fenómeno, que no encuentra las barreras de entrada a las que tradicionalmente se enfrentaban otras innovaciones. El cloud se ha metido en nuestras vidas para siempre y ya no podremos, ni querremos, prescindir de él. El ser humano tiene una capacidad innata para apreciar de inmediato aquello que simplifica su existencia, y el cloud lo hace.

El futuro más probable para el modelo cloud es el híbrido, donde también se plantea una mezcla de los tipos de nube y virtualización, un modelo accesible para diferentes tipos de empresas, un modelo que dependerá de un System Integrator que garantice la eficiencia entre la integración, escalabilidad, personalización y seguridad del negocio en la nube.

La realidad es que, lo que haya detrás de la interfaz, poco importa a la mayoría, usuarios y consumidores. Para eso estamos las empresas de TI, para hacer posible, no sin esfuerzo, que todo funcione: desde la conectividad y el acceso hasta el almacenamiento, desde los servidores hasta las aplicaciones, para que todo opere de manera armónica y sin conflictos. Sacar al cloud las aplicaciones de negocio críticas de una empresa no es una tarea fácil y menos si éstas tienen años, sin quebrar su seguridad y añadiendo funcionalidades, pero es posible y se hace todos los días con éxito. Ésta es una tarea en la que Micro Focus es un actor destacado, migrando aplicaciones desde el mainframe a otras plataformas más actuales, o facilitando el acceso Web a aquéllas, realizando todas la pruebas necesarias que garanticen su seguridad, la funcionalidad y facilidad de uso que exigen los usuarios.


Publicado en Mundo Contact