Pulseras de fitness, relojes, detectores de humo: ¿qué será lo próximo en
pasarse a internet?
El internet de las cosas ha estado ganando popularidad desde hace tiempo.
Pero en 2013, con el lanzamiento de varios dispositivos con funciones
aumentadas gracias a la conectividad en línea, su importancia se ha
multiplicado. El objetivo de estos aparatos es hacer que todo, desde los
juguetes hasta nuestra propia casa, sea más útil y accesible.
Entre los recién llegados este año están Automatic, que se conecta al
ordenador del coche y envía sus datos al teléfono inteligente para darnos una
idea de la eficiencia con la que se está conduciendo. Después tenemos a Nest y
su Nest Protect, un termostato inteligente con detector de humo y monóxido de
carbono que proporciona información más detallada que los detectores
tradicionales sobre la ubicación y tipo de emergencia que está detectando. Por
su lado, el software Lab of Things de Microsoft Research puede simplificar el
control, la automatización y la supervisión de todo tipo de dispositivos
"inteligentes" en la casa.
También hemos sido testigos de una nueva ola de dispositivos portátiles
conectados a internet: relojes inteligentes como el Galaxy Gear de Samsung, y
dispositivos de seguimiento de la actividad física como el Up 24 de Jawbone,
que funciona junto a los teléfonos para obtener funciones adicionales, como la
capacidad de recibir llamadas y correos electrónicos. Según Gartner, en 2009 se
usaron 900 millones de dispositivos conectados (sin incluir smartphones, PCs y
tabletas), pero para 2020 la firma de investigación de mercado espera que la
cifra llegue a los 26.000 millones.
Este rápido crecimiento podría dar lugar a importantes problemas de
compatibilidad, ya que los dispositivos "inteligentes" de diferentes
fabricantes a menudo se rigen por normas diferentes para la transmisión de
datos, y por ese motivo no puedes simplemente conectar una cafetera
"inteligente" y esperar que se coordine con la tostadora, también
"inteligente". En diciembre surgió un nuevo grupo dentro de la
industria llamado AllSeen Alliance. El grupo trabajará para garantizar el
desarrollo de dispositivos conectados a internet que puedan funcionar en
conjunto. Entre sus miembros están la Fundación Linux, LG, Panasonic, Qualcomm,
Sharp y HTC.
El auge del internet de las cosas también marca el comienzo de una nueva
era de cuestiones de seguridad que han ganado más atención este año. En la
conferencia de seguridad anual Black Hat, celebrada en Las Vegas (EEUU) en
julio, los investigadores de seguridad David Bryan y Daniel Crowley discutieron
varios defectos que habían descubierto en dispositivos como un inodoro capaz de
reproducir música que se controlaba mediante el teléfono inteligente.
Otra de las tendencias clave de internet de este año ha sido el ascenso de
los mensajes que desaparecen rápidamente después de ser vistos, un fenómeno
dentro del mundo de las aplicaciones popularizado por Snapchat, que permite a
los usuarios compartir mensajes de vídeo o imágenes que se autodestruyen en tan
sólo unos segundos. La propagación de Snapchat indica que a pesar de compartir
innumerables detalles en redes sociales como Facebook y Twitter, donde acaban
siendo catalogados para la posteridad, deseamos utilizar medios digitales que
tengan una vida útil corta. Snapchat fue fundada en 2011 por dos estudiantes de
Stanford (EEUU), pero realmente ha despegado este año. El pasado diciembre, los
usuarios compartieron 50 millones de imágenes al día, cifra que actualmente
supera los 400 millones.
Muchas otras compañías están tratando de sacar provecho de esta tendencia,
entre ellas Wickr, Gryphn y Blink.
Sin embargo, Twitter sigue aumentando en popularidad e importancia. En
noviembre, las acciones de la compañía salieron a bolsa de forma mucho más
tranquila que las de Facebook en 2012. Eso podría fomentar los sueños de salida
a bolsa en 2014 de otras grandes empresas sociales de internet, como Pinterest
y, algún día, Snapchat.
POR RACHEL WEB
TRADUCIDO POR FRANCISCO REYES
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