En
los últimos meses el mundo tecnológico se ha maravillado ante el ascenso de
las llamadas aplicaciones de mensajería instantánea.
Snapchat,
Whatsapp, Viber y otras están acaparando los titulares y siendo calificadas
como las nuevas emperatrices de internet. Pero esta fiebre parece olvidar que
no es la primera vez que la mensajería instantánea ha estado en el centro de la
red.
Cuando
internet de volvió popular en la década de los noventa lo hizo, entre otras
cosas, de la mano del mensajero instantáneo de AOL (America On Line). La gente
quedaba fascinada ante la posibilidad de tener una conversación privada en
tiempo real.
Otros
sistemas similares aparecieron con relativo éxito, pero uno logró acaparar la
atención. ICQ (I Seek You o Te busco) se volvió ampliamente popular porque
contaba con una serie de características que sus rivales no tenían como envío
de archivos, mensajes fuera de línea y un directorio en el que se podían buscar
a otros usuarios.
Pero
la parte más importante de su éxito se derivó del hecho de que era el primer
sistema de mensajes instantáneos abierto que no dependía de que sus usuarios
contaran con una suscripción a internet con un proveedor específico como
ocurría con AOL.
El
ocaso de ICQ -todavía existe junto a AOL aunque estos días pertenece a Mail.Ru-
llegó de la mano de Yahoo Messenger y de MSN Messenger.
Dos
gigantes de internet de la época, Microsoft y Yahoo, se habían dado cuenta del
potencial del servicio y capitalizado en el éxito de sus servicios de correo
electrónico atrayendo usuarios a sus paredes virtuales.
Estas
grandes empresas de internet se dieron cuenta de que un gran fenómeno estaba
ocurriendo. La gente veía en internet una gran herramienta de comunicación para
hablar con amigos, familiares y colegas en forma electrónica y en tiempo real.
Dicho
entusiasmo, entonces, no es nuevo. Lo que ocurre es que la explosión de la
telefonía inteligente ha hecho que su uso se disemine aún más. Es muy sencillo
estar constantemente comunicado en forma instantánea en la palma de la mano,
Los
mensajes de texto o SMS si bien cumplen una función similar, están limitados a
personas dentro de un mismo país (a menos que se quiera pagar más), al envío
exclusivo de texto (a menos que se quiera pagar más) y a un limitado número de
mensajes (a menos que se quiera pagar más).
Por
ello Whatsapp con sus 350 millones de usuarios activos al mes, WeChat con sus
270 millones de usuarios activos al mes y Snapchat (con números desconocidos)
están llamando la atención y capturando nuevas generaciones de usuarios.
La
empresa de análisis de mercado Ovium, asegura que el número de mensajes en
estas aplicaciones pasará de 27,5 billones en 2013 a 71,5 billones a finales de
2014, un incremento de 250%.
Por
ello no es de extrañar que se rumore que gigantes como Google y Facebook estén
tratando de comprar Whatsapp o Snapchat y que estas empresas los hayan
rechazado.
Su
gran reto ahora es monetizar el entusiasmo.
¿Cómo
ganar dinero a través de la mensajería instantánea? Algunos servicios están
optando por el modelo de suscripción en el que pagas una cantidad de dinero al
año por acceder al servicio. Otros apuestan por la venta de características
premium o estampas virtuales, otros van por la publicidad.
2014
parece ser el año en el que su servicio se masificará aún más gracias a la
expansión de internet y a la reducción en el precio de los teléfonos
inteligentes. Y todos saben que para ganar dinero primero necesitan conquistar
una gran cantidad de usuarios, lo que parece estar en la mira.
Después
de todo la gente siempre ha estado en internet buscando información y
comunicación instantánea. Nunca antes habían estado ambas tan a la mano.
Publicado por: BBC World
David Cuen @davidcuen