La Habana, 30 de diciembre, 2016 (Reuters). Margarita Márquez, una residente del centro de La Habana, dice que recibió un regalo de Navidad especial este año: acceso a la red en su casa, algo inusual en un país con una de las menores tasas de penetración de Internet en el mundo.
Márquez, una profesora universitaria jubilada de 67 años, fue una de las escogidas por el Gobierno hace dos semanas para participar en un proyecto piloto que llevará la red a los hogares de 2,000 habitantes del centro histórico de La Habana.
La mayoría de los 11.2 millones de habitantes de la isla de Gobierno comunista sólo tienen acceso a Internet en puntos de acceso inalámbricos, siempre que puedan pagar la tarifa de 1.5 dólares la hora, que representa cerca de un 5 por ciento del salario estatal promedio.
Se estima que sólo un 5 por ciento de los cubanos disfrutan de Internet en su casa, lo que requiere autorización del Gobierno. El permiso se otorga generalmente a académicos, doctores e intelectuales.
"Para mí es como un sueño realizado", dijo Márquez, quien vive con su hermana en un departamento en el segundo piso de un edificio de la época colonial. "Comunicarse con los amigos y la familia, eso es importante", agregó.
Su hermana de 80 años, Leonor Franco, dijo que la noticia de que habían sido escogidas fue una sorpresa y que estaba emocionada de navegar en Internet por primera vez.
"Nunca había tenido experiencia en Internet", afirmó, sentada frente a una computadora portátil que tiene desde hace dos años, mientras buscaba videos de sus cantantes favoritos en YouTube.
Dijo que desea aprender cómo navegar adecuadamente en la red para sacar el mayor provecho del experimento durante el tiempo que el Gobierno brinde acceso gratuito a Internet.
Franco agregó que desde marzo tendrán que pagar y no sabe si podrá continuar con el servicio, por lo que lo utilizarán al menos hasta enero o febrero.
Si bien el costo de Internet ha disminuido en los últimos años, aún es prohibitivo para la mayoría de los cubanos.
El Gobierno de Cuba dice que el desarrollo de la infraestructura de la red ha sido lento debido a sus altos costos, en parte por el embargo comercial de Estados Unidos. Sus críticos sostienen que la razón real es el temor a perder el control.
Antes de que el año pasado se abrieran las señales Wi-Fi, el acceso al Internet de banda ancha estaba limitado principalmente a computadores de escritorio en recintos estatales y en hoteles costosos.
No obstante, el Gobierno ha dicho que quiere garantizar que todos tengan acceso y ha instalado 237 puntos inalámbricos hasta el momento. En septiembre, anunció que instalaría señales Wi-Fi en el Malecón, la característica avenida de La Habana junto al mar.
"Ahora uno viene por las noches, se sienta en el Malecón y te puedes conectar", dijo Eliécer Samada, sentado en el muro de piedra junto a la avenida, revisando las redes sociales en su teléfono. "Estamos felices con eso", agregó.