jueves, 26 de junio de 2014

¿Hasta dónde llegarán los satélites de Google?

Nos preocupamos mucho por el derecho al olvido online, y por la información de los usuarios que Google es capaz de recolectar a través de sus cookies, pero se nos olvida que, desde hace unos días, el gigante de Internet también podría empezar a observar la vida en el planeta offline.

La compra de la empresa de satélites Skybox por 500 millones de dólares hace apenas un par de semanas se explicó, en un principio, por la necesidad de Google de una infraestructura que le permita llevar la señal de Internet a todos aquellos rincones del mundo donde aún no llega y cuyos habitantes, en consecuencia, constituyen su próximo nicho de público potencial.

Así lo comunicó la propia compañía en el comunicado emitido tras la adquisición de Skybox, en el que indicó que, en principio, utilizaría los satélites de Skybox para actualizar los planos e imágenes de Google Maps, y que se planteaba, en el futuro, emplearlos para llevar la conexión a Internet a zonas remotas del planeta.

Sin embargo, en un artículo en la revista sobre tecnología y tendencias Wired, el escritor y ensayista norteamericano David Samuels esboza una teoría algo distinta: si posee satélites estratégicamente situados sobre nuestras cabezas, Google podrá obtener aún más información sobre nosotros.

Samuels cita algunas de las formas en las que las imágenes de alta resolución tomadas desde los satélites pueden servir para desentrañar algunos secretos sobre lo que sucede en la Tierra. Por ejemplo, las fotografías de los coches que hay estacionados en los aparcamientos pueden servir a las automovilísticas para realizar predicciones de inventario. Y las de determinadas propiedades dañadas pueden servir a las aseguradoras para saber si una reclamación es válida.

“Muchas de las acciones más significativas, tanto ambiental como económicamente, que realizamos a diario quedan registradas de una u otra forma en las fotografías de la Tierra que se toman desde el espacio”, asegura el ensayista, que toma como ejemplos la venta de bienes, las compras en grandes superficies, la tala de árboles o el encendido y apagado de las luces por las noches.

Samuels consultó sobre el asunto con una persona perteneciente a la plantilla de Skybox y ésta le dijo que las imágenes tomadas por satélite solo pueden utilizarse, de momento, para realizar estimaciones sobre indicadores macroeconómicos, y no sobre aspectos particulares sobre la vida de los individuos. Sin embargo, para Samuels la posibilidad de cruzar esos macroindicadores con los datos que Google obtiene a partir de sus otros servicios ya es lo bastante reveladora, porque mucha de la información que las empresas intentan ocultar normalmente estaría, ahora, “flotando sobre nuestras cabezas”.

En cualquier caso, el escritor huye en sus tesis de las teorías de la conspiración que quieran ver en este nuevo paso de Google una estrategia para espiar individualmente a cada uno de sus usuarios desde el espacio. Al margen de las restricciones legales y morales, “no hay beneficio económico en ello”, asegura Samuels, quien sostiene que el interés de las fotografías tomadas por satélite está en la observación de tendencias y patrones de comportamiento generalizados en la población, no individuales.