Tal vez porque soy economista tengo una afición particular
por justificar todo con datos duros. Soy fiel creyente de que las cantidades,
porcentajes e índices no mienten y, cuando sabemos interpretarlos
adecuadamente, son una herramienta fundamental para el análisis de cualquier
disciplina.
En esta nueva colaboración quiero hablarles de un tema que
será decisivo para la recuperación y aceleración de la economía mexicana los
próximos años: el crédito.
Debido a que es un tema muy extenso, en esta ocasión me
enfocaré en la cartera vencida del crédito, un fenómeno que ocurre cuando las
personas o empresas dejan de pagar sus deudas con los bancos.
Este elemento representa el grado de bienestar o malestar de
la economía en un país, bajo el supuesto de que a nadie le gusta dejar de pagar
sus créditos y, si lo hacen, es porque se ven en la verdadera necesidad de no
hacerlo, generalmente porque no cuentan con dinero (liquidez) para pagar.
Mes con mes, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
(CNBV) actualiza la información de la banca múltiple (y de otras instituciones
financieras). Hasta octubre de 2013 operaron 45 bancos en México de los cuales
dos, Banco Inmobiliario Mexicano y Banco Fundación Dondé, iniciaron en
diciembre de 2013.
La cartera total del crédito se puede dividir, entre otros,
en dos grandes grupos: la cartera vigente, integrada por créditos que están al
corriente con sus pagos; y la cartera vencida, donde los acreditados son
declarados en concurso mercantil, o bien, cuyo principal, intereses o ambos, no
han sido liquidados en los términos pactados originalmente.
Cuando empecé a analizar la información disponible, me llamó
la atención el sorpresivo aumento de la cartera vencida del crédito.
De enero a octubre de 2013, este concepto sumó 764,485 millones
de pesos (mdp), cifra 33.6% mayor a lo registrado en el mismo periodo de 2012.
El incremento en este rubro durante los primeros 10 meses
del año, es solo menor al aumento de 41.6% visto en el mismo periodo hace cinco
años, cuando la cartera vencida del crédito (en el periodo de enero a octubre)
pasó de 351,789 mdp en 2007 a 498,163 mdp en 2008.
En ese entonces, dicho desempeño se atribuyó a la crisis
financiera de 2008 y, ahora, bien se podría atribuir a la desaceleración de la
economía mexicana y lenta recuperación de Estados Unidos, que afecta todo el
entorno global.
La cartera del crédito se compone de tres grandes segmentos:
el financiamiento al consumo, al comercio y a la vivienda.
De éstos, el que muestra la mayor alza en la cartera vencida,
para el periodo mencionado, es el crédito comercial, con 42.5%, le sigue el
crédito al consumo, con 37.5%, y por último la vivienda incrementó su cartera
vencida 12.7%.
Al ver que los créditos a las actividades comerciales son
los que registraron una cartera vencida mayor, es claro que existe un problema
con la economía, no sólo porque se dejaron de pagar los créditos, sino porque
son los que provienen de la actividad económica.
Al desglosar los componentes del financiamiento comercial
observamos con mayor detalle donde está el problema.
Las entidades financieras fueron las que más dejaron de
pagar sus créditos, ya que su cartera vencida aumentó 311.6%; le sigue la
cartera vencida a la actividad empresarial que subió 42.2% y luego las
entidades gubernamentales con 10.8%.
De acuerdo con el Banco de México (Banxico) la liquidez de
la banca múltiple a septiembre de este año satisfacía el mínimo requerido según
la metodología propuesta por el Comité de Basilea para el Coeficiente de
Cobertura de Liquidez (CCL) considerando el promedio de los bancos grandes y
medianos.
Sin embargo, los promedios del coeficiente para cada uno de
los grupos muestran un descenso con respecto a los niveles de años previos.
La institución atribuye lo anterior a la expansión del
crédito que se ha financiado en su mayor parte con pasivos de mercado, un
porcentaje de los cuales tiene plazos menores a 30 días; también porque algunos
bancos están sustituyendo activos que, por su liquidez, forman parte de los
activos elegibles para satisfacer el coeficiente (por ejemplo, valores
gubernamentales).
La situación es más acentuada para el grupo de los bancos
medianos y bancos asociados a cadenas comerciales (BACC), debido al modelo de
negocio de algunos de ellos, el cual depende en mayor medida del financiamiento
de mercado de corto plazo.
Además, Banxico explica que en situaciones de estrés estos
modelos de negocio son muy vulnerables, situación que se puso en evidencia
durante 2008 en el caso de varios bancos internacionales y, en nuestro país,
con las Sofoles hipotecarias.
Otro segmento que registró gran avance en cartera vencida
fue el financiamiento al consumo, donde los créditos que más se dejaron de
pagar, de enero a octubre de 2013, fueron los denominados personales, con un
aumento de 66.9%; seguido de los créditos de nómina, con 49%; el financiamiento
automotriz, con 24.9% y, finalmente, las tarjetas de crédito registraron un
aumento de cartera vencida de 12.1%.
En el supuesto que ya había mencionado, de que nadie deja de
pagar sus deudas por gusto, implica que las personas enfrentaron dificultades
para pagar sus créditos, también los que están en la nómina de alguna empresa,
los que financiaron su auto y, en menor medida, los que tienen tarjetas de
crédito.
Esta dificultad para hacer frente a las obligaciones es un
claro ejemplo de la desaceleración que se vivió durante el año 2013.
No es mi intención ser pesimista, sólo quiero mostrar mi
percepción de lo que ocurre en un tema que considero vital para todos nosotros,
porque en algún momento hemos pedido o pediremos un crédito, tenemos tarjetas
de crédito o pensamos solicitar un financiamiento automotriz.
La información disponible hasta este momento no es muy
alentadora y bajo el entorno de desaceleración que permeó 2013 y la volatilidad
en los mercados financieros, en estos días hay que pensar dos, tres o más veces
si es necesario solicitar un crédito.
Sobre todo en la temporada postnavideña, cuando se tiende a
gastar más de lo que se tiene y luego padecemos las consecuencias durante seis,
nueve, 12, 18, 24 o más meses, con o sin intereses.
¿Has tenido que dejar de pagar tus créditos?
Publicado en Revista Alto Nivel