Considera
la conectividad como un derecho humano y aboga por ampliarla a todo el mundo
mientras que sus iniciativas sólo parecen perseguir una mayor difusión de su
propio servicio
La
primavera pasada, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, invirtió en un
impresionante nombre de dominio: internet.org. Luego, en agosto, publicó un
vídeo con fragmentos del discurso de la "Estrategia de la Paz" de
John F. Kennedy y escribió en su blog que iba a "compartir una propuesta
inicial sobre cómo podemos conectar a los próximos 5 mil millones de personas y
un plan aproximado para trabajar juntos como industria para llegar a ese
punto".
De ese modo, Facebook y seis socios, entre ellos las empresas
Nokia, Samsung, Qualcomm y Ericsson, se convirtieron en parte de un creciente
movimiento de compañías de tecnología que afirman tener un compromiso con la
conectividad, aparentemente inspiradas por el hecho de que sólo 2.700 millones
personas entre los 7.000 del mundo tienen acceso a internet. En octubre, Google
lanzó la Alianza para el Internet Asequible (entre cuyos miembros figuran
Facebook y Ericsson). Está presionando para que el acceso a internet sea más
barato a través de políticas y reformas normativas.
Detrás
de este enfoque en la conectividad del mundo residen una serie de realidades
más complejas. Las empresas involucradas tienden a enfatizar la entrega de una
mayor cantidad de datos a aquellas personas que ya tienen acceso a la red, en
lugar de extender la conectividad de las comunicaciones a las personas que no
lo tienen en absoluto. Y a pesar de las nobles declaraciones de Zuckerberg,
Facebook en particular, no está a altura de algunos de los objetivos de
Internet.org: la empresa no está invirtiendo en ampliaciones de red en los
países en desarrollo, y sus prácticas de negocio, en muchos casos, han obligado
a los proveedores de servicios de internet en esos lugares a incurrir en costes
adicionales.
Internet.org
sigue siendo más un comunicado de prensa que un plan. Pero su primera
declaración formal, un libro blanco de 74 páginas firmado conjuntamente por el
fabricante de estaciones base Ericsson y el fabricante de chips Qualcomm,
resulta revelador: establece el objetivo de entregar de datos de forma 100
veces más eficaz a los teléfonos móviles, los dispositivos que la mayoría de
los recién llegados a internet utilizarán para vincularse a la red.
Darle
al plan de eficiencia de datos de Facebook el título de "salvador del
mundo en desarrollo" es algo "difícil de tragar".
El
aumento de la eficiencia es un objetivo eterno. Y si hace posible que los
proveedores de internet ofrezcan banda ancha de forma más barata, podría
mejorar la situación de la gente. (Una investigación del Banco Mundial señala
que el aumento de la penetración de la banda ancha en los países en desarrollo
en un 10% aumenta su crecimiento económico anual en 1,4 puntos porcentuales.) Pero
hacer que la gente tenga más datos más rápidamente es un objetivo muy diferente
al de introducir la conectividad en primer lugar.
Verdades
elementales
Facebook
es una importante presencia en línea en todo el mundo. Tomemos África como
ejemplo, donde a menudo ocupa el primer o segundo lugar en popularidad entre
los sitios web. Sin embargo, Facebook no tiene centros de datos allí, lo que
significa que los contenidos generados por los miembros de Facebook en Kenia,
por ejemplo, tienen que atravesar cables de fibra óptica submarinos para llegar
a centros de datos en otros continentes. Eso cuesta a los PSI locales por lo
menos 100 dólares (73 euros) al mes por cada megabit de tráfico. Este cargo no
se aplicará si Facebook almacenara el contenido del usuario de forma local.
Los
proveedores de internet pasan esos costes adicionales a los consumidores, lo
que seguramente no sea de mucha ayuda a las iniciativas por expandir internet
en un continente donde sólo el 16% de la población tiene acceso, frente al 39%
en todo el mundo. "Es un poco engañoso", afirma el director de
Angani, Phares Kariuki, cuya empresa se dedica a la computación en nube en
Nairobi. "Por un lado, Facebook afirma que quiere dar a África acceso a
través de internet.org,
pero
si nos fijamos en las decisiones de empresa que están tomando, en lo que se
refiere a los africanos, aún no he visto nada que refleje ese valor".
(Vale la pena señalar, sin embargo, que Akamai, el servicio de optimización
web, está estableciendo infraestructura en cada vez más lugares de África.
Hasta el punto que Facebook utiliza el servicio de Akamai, y reduce los costes
adicionales en los que incurrirían los PSI en aquellas regiones).
Como
parte de internet.org, Zuckerberg publicó un libro blanco titulado "¿Es la
conectividad un derecho humano?" en el que escribió que la compañía ha
"invertido más de 1.000 millones de dólares (730 millones de euros) en
conectar a las personas en el mundo en desarrollo durante los últimos
años". Pero los detalles brillaban por su ausencia: ¿en qué se lo ha
gastado, para conectar a quién y a qué? A través de un portavoz, Zuckerberg
rechazó una solicitud de entrevista. Pero si la analizamos más de cerca, esa
declaración aparentemente significa "conectar a las personas a Facebook".
El
portavoz de Facebook Derick Mains envió una aclaración por correo electrónico:
la compañía, escribió, no ha invertido en una "construcción física de
infraestructura" cualquiera para conectar a la gente. Se negó a decir
dónde se han gastado los 1.000 millones, y sólo dio un ejemplo: la compra de
Snaptu por 70 millones de dólares (51 millones de euros), cuya tecnología hace
posible que aplicaciones como Facebook se ejecuten en los teléfonos básicos que
normalmente se usan en los países en desarrollo.
Estas
adquisiciones, por supuesto, tienen el propósito de mejorar las operaciones
propias de Facebook: la empresa, al igual que otras, está muy interesada en
hacer que su servicio sea accesible en tantos teléfonos como sea posible.
Facebook también está haciendo un trabajo importante por desarrollar formas de
entregar la información de manera más eficiente a los teléfonos inteligentes
que ejecuten el sistema operativo Android, de presencia dominante, según afirma
el vicepresidente de infraestructura de Facebook, Jay Parikh.
Facebook
seguramente creará tecnologías que resulten útiles en todo tipo de teléfonos
móviles. Pero Ethan Zuckerman, que ha ayudado a dirigir varios proyectos de red
en países pobres, afirma que "reflejar eso en un comunicado de prensa que
convierta a Facebook en el salvador del mundo en desarrollo es algo difícil de
tragar".
Aprovechar
las ondas
Otras
empresas de internet han ido mucho más lejos, financiando proyectos de
infraestructura que también promueven sus propios intereses para lograr que más
personas utilicen sus servicios.
Una se
encuentra en la capital de Kampala, Uganda, una metrópolis donde puedes
conseguir conectividad relativamente lenta de cualquiera de sus aproximadamente
10 operadores de telefonía móvil y proveedores de servicios de internet. En
noviembre, Google anunció que había instalado 170 kilómetros de líneas de fibra
óptica en Kampala, un gran paso adelante que podría permitir a las compañías
telefónicas y proveedores de internet locales ofrecer mayores velocidades a
precios más bajos. (Menos del 1% de los africanos subsaharianos tienen de banda
ancha fija, definida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU
como una velocidad de datos de dos megabits por segundo, y un 11% tiene banda
ancha móvil, que se define como 3G o un servicio similar).
Si
Facebook quiere realmente conectar a más personas, debe apoyar a las redes
inalámbricas de última generación.
Existen
otros proyectos destinados a proporcionar acceso a internet allí donde no
existía previamente en absoluto. Uno se está desarrollando en la región cercana
a Nanyuki, Kenia, un pueblo a los pies del Monte Kenia. En las zonas pobres y
escasamente pobladas como esta, extender fibra no tiene sentido económicamente
ya que las compañías telefónicas inalámbricos a menudo no logran recuperar sus
inversiones, incluso en estaciones base móviles convencionales alimentadas por
generadores diesel. Pero en Nanyuki, un sistema de internet inalámbrico de bajo
coste y experimental está alterando radicalmente la economía.
Funciona
así: en primer lugar, un transmisor de microondas de gran alcance ofrece una
conexión de banda ancha a partir de un extremo de fibra a varias estaciones
base inalámbricas fijas a decenas de kilómetros. Estas estaciones base
retransmiten los datos a través de las frecuencias de televisión sin usar,
conocidas como "espacios en blanco", a 40 routers wifi que funcionan
con energía solar y a estaciones de recarga telefónica en escuelas, clínicas,
empresas y centros comunitarios. El aparato de Nanyuki ya da servicio a 20.000
personas, y dicha capacidad se verá triplicada. Más importante aún, lo hace por
menos de 5 dólares (3,65 euros) por usuario al mes, un 5% del ingreso anual
promedio de la región, situado en
1.200
dólares (877 dólares).
La
compañía responsable de esta iniciativa es Microsoft, aunque Google acaba de
terminar una prueba similar para proporcionar ancho de banda en escuelas de
Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Varias empresas están probando muchas otras
iniciativas de espacios en blanco por todo el mundo. El impacto podría ser
grande: lo que necesitan muchos lugares es un acceso sencillo a las ondas de
radio, que con frecuencia están restringidas por los gobiernos nacionales.
"Si echamos un vistazo al mundo, ya sea EEUU o Filipinas, las cuestiones
en torno a la inclusión digital y el acceso universal son principalmente
problemas de política", afirma el director del grupo de políticas de
tecnología de Microsoft, Paul Garnett.
Llegar
a lo más remoto
Pero
en las áreas más lejanas, los espacios en blanco dependen de la calidad de las
estaciones base y las fuentes de alimentación. El director general de una
compañía llamada Vanu, Vanu Bose, que desarrolla estaciones base celulares
baratas, cuenta la historia de un emprendedor en Zambia que recoge teléfonos
móviles entre la gente del pueblo cada mañana. Luego conduce tres horas a un
lugar donde puede conseguir señal desde una torre celular y activa todos los
teléfonos para que puedan recibir todos los mensajes de texto y mensajes de voz
que han acumulado desde la excursión del día anterior.
Esta
solución es un recordatorio de que todavía existen más de 200 millones de
personas en África que no tienen ni siquiera el servicio más básico de teléfono
móvil. Para Zambia, Bose ha desarrollado la que afirma es la estación base con
un uso energético más bajo en el mercado: una unidad resistente que puede
conectarse a internet de varias formas, entre ellas con enlaces de microondas,
enlaces satelitales y espacios en blanco, y dar acceso a 1.000 habitantes por
nodo. Todo lo que necesita son 50 vatios de potencia de paneles solares, con
unos pocos vatios más para un muelle de carga de teléfono comunitario. Esto
proporciona servicios de voz y datos básicos, y tal vez un hotspot wifi de bajo
ancho de banda.
Desde
luego no es banda ancha. Pero este servicio puede transformar las cosas, ya que
permite a las familias mantenerse en contacto, pedir ayuda médica de emergencia
y entregar materiales educativos. "Internet.org tiene que ver con las
redes de mayor capacidad y más ancho de banda", señala Bose. "Pero no
hay que pensar en el ancho de banda como lo principal, sino que la conectividad
es lo primero. Son cosas muy diferentes. Una transacción de comunicaciones por
día es infinitamente mejor que ninguna".
Más
allá de configuraciones hipereficientes como las de Bose, Google ha creado un
prototipo de un nuevo concepto: una flota de globos de energía solar en la
estratosfera, con los que crear redes y proporcionar conectividad a internet en
zonas rurales remotas a velocidades comparables al 3G. La iniciativa ha sido
criticada como un truco de marketing que ni siquiera funciona. Pero en
contraste con el esfuerzo de Facebook por aumentar la eficiencia de datos,
"por lo menos es curiosa y nueva, al menos es interesante, por lo menos es
ambiciosa", afirma el actual director del Centro Cívico de Medios en el
Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EEUU), Ethan
Zuckerman.
Facebook
afirma estar bien centrada, y que ayudar a que más personas con teléfonos puedan
permitirse pagar los planes de datos es una tarea crucial. Por ese motivo las
líneas generales de internet.org implican encontrar la manera de entregar los
datos de manera más eficiente, en parte a través de nuevos modelos de negocio.
"Una buena forma de verlo es que se trata de un primer paso, y un problema
muy difícil de resolver", señala el ex-ejecutivo de Qualcomm, Aaron
Bernstein, que actualmente es director de alianzas móviles en Facebook. Y todas
las empresas y organizaciones que promueven y trabajan por la conectividad a
internet están de acuerdo en que no existe una solución ideal. "Hay muchas
soluciones", tal y como señala Parikh desde Facebook.
Pero
Facebook tiene que implantar esas soluciones de forma correcta. Si la empresa
realmente quiere hacer que el acceso sea más asequible, podría asegurarse de
que sus datos se encuentren en los países en los que la gente utiliza el
servicio. Si realmente quiere conectar a más personas, podría financiar y
apoyar las redes inalámbricas de última generación. Tal y como dijo John F.
Kennedy en relación al Cuerpo de Paz, 24 años antes del nacimiento de
Zuckerberg: "Los estadounidenses están dispuestos a contribuir. Sin
embargo, el esfuerzo debe ser mucho mayor del que hemos hecho hasta
ahora".
POR
DAVID TALBOT
TRADUCIDO
POR FRANCISCO REYES