¿Están buscando la siguiente ola de tecnologías innovadoras? Desde la inteligencia artificial hasta el aprendizaje automático y la nube, quizá no la vean, pero está a todo su alrededor.
Piensen en sus dispositivos tecnológicos favoritos. Son las cosas que utilizan todos los días para trabajar y jugar —y sin las cuales básicamente no pueden vivir—.
Lo más seguro es que por lo menos una de ellas sea un gadget: sus teléfonos, quizá, o sus consolas de videojuegos.
Pero si lo piensan detenidamente, lo más seguro es que sus tecnologías más queridas ya no son de plástico, metal ni vidrio.
Quizá se trate de un servicio de transmisión continua de video que utilizan para ver “Game of Thrones” durante horas y horas, o de una aplicación que les permite llevar el conteo de sus pasos y calorías para que les puedan volver a quedar esos jeans que usaban en la preparatoria. Puede ser un asistente virtual que les ayuda a recordar el lugar donde son sus juntas y la hora a la que necesitan tomarse su medicamento, o bien un lector de libros electrónicos para perderse entre las páginas de su libro favorito en su teléfono, tableta o incluso las bocinas de su automóvil.
Tal vez, de manera silenciosa y casi imperceptible, sus tecnologías más queridas han pasado de ser cosas físicas a servicios de los cuales dependen y que están presentes en todas partes y en ninguna a la vez. En lugar de ser propiamente gadgets, son herramientas que esperan poder utilizar en cualquier tipo de dispositivo: su teléfono, su PC, incluso su televisor.
Es parte de lo que Harry Shum, vicepresidente ejecutivo a cargo de la división de Tecnología e Investigación de Microsoft, describe como la “revolución invisible”.
“Estamos a punto de crear un mundo donde la tecnología será cada vez más ubicua, pero también más invisible”, dice Shum.
Esa revolución invisible ha sido posible debido a que hoy contamos con tecnologías que no existían hace una década, tales como los centros de cómputo masivo en la nube y los recientes descubrimientos en el campo de la inteligencia artificial. Pero, básicamente, los problemas que resolverá son aquellos con los cuales la humanidad ha luchado eternamente.
Consideren lo siguiente: Hace apenas unos años, una persona que hablaba sólo mandarín no podía tener una conversación en tiempo real sin la ayuda de un traductor humano —algo que está fuera del alcance de la mayoría de la gente—.
Pero hoy existe Skype Translator. Se trata de una tecnología que te permite hablar en tiempo real con alguien que habla un idioma diferente al tuyo. Es una maravilla tecnológica que muchos han comparado con la ciencia ficción, pero también es una oportunidad de ayudar a la gente a entenderse mejor.
“Derribar las barreras entre la gente es muy importante”, dice Shum.
En todo lugar y dispositivo
La próxima generación de tecnologías innovadoras capaces de cambiarnos la vida abarca mucho más que sólo teclados, pantallas, teléfonos celulares, cámaras, relojes y discos duros.
Cada vez más, esos dispositivos obtienen su poder de cómputo de la nube, donde miles de computadoras trabajan para que puedas encontrar fácilmente un mensaje de correo electrónico de hace cinco años y para que los científicos eviten la siguiente epidemia de alguna enfermedad mortal.
“La computadora más potente hoy en día es la nube, y ni siquiera la vemos”, dice Shum.
Debido en parte al cómputo en la nube, tenemos la expectativa de poder utilizar esas tecnologías dondequiera que nos encontremos y en cualquier dispositivo frente a nosotros. Después de todo, dos terceras partes de los norteamericanos poseen por lo menos dos dispositivos digitales personales, y poco más de la tercera parte cuenta con tres: teléfono, computadora portátil y tableta, de acuerdo con el Pew Research Center.
“Decir que la movilidad es lo primero no se refiere sólo al teléfono móvil. Cuando hablamos de un mundo donde la movilidad es lo primero queremos decir que no importa el lugar adonde vayas —la casa, de viaje, tu oficina o tu laboratorio— tu experiencia te acompaña en todos tus dispositivos”, dice Shum.
Esas nuevas tecnologías se están diseñando para que la mayoría de las personas puedan utilizarlas, y, en casi todos los casos, sin importar que la persona tenga un teléfono inteligente o una computadora portátil, si sea un hablante nativo o no domine el idioma o si tenga algún requerimiento o impedimento físico.
“Puedes hablar, utilizar gestos, moverte o emplear expresiones faciales. La computadora está en todas partes y la computadora puede verte —pero no necesitas estar frente a ella—”, dice Shum.
La revolución invisible depende de tecnologías de inteligencia artificial como el aprendizaje automático, es decir, cuando una computadora aprende a hacer algo de mejor manera, como entender tu voz o corregir automáticamente tus errores de teclado, a medida que obtiene más datos.
Pero Shum afirma que no se trata de que las computadoras reemplacen a los humanos, sino de utilizar la tecnología para permitir a la gente hacer las cosas de manera mejor y más fácil”.
“Microsoft tiene una visión muy clara del concepto de la inteligencia artificial. El esfuerzo de IA se centra en permitir a los usuarios de Microsoft —los clientes—desarrollar todo tu potencial”, dice Shum.
Desde la agricultura hasta los compromisos familiares
La revolución invisible está detrás de los esfuerzos por lograr una agricultura más sostenible y accesible, por permitir que la gente de diferentes culturas pueda entenderse mejor y por ayudar a las personas a respirar un aire más limpio.
También tiene un efecto práctico en nuestras vidas cotidianas: proporciona herramientas que te ayudan a recordar los compromisos con tu jefe y te recuerda con quién quedaste de reunirte hoy.
Esta revolución invisible también hace que la tecnología sea más personal y personalizada: permite desarrollar tecnologías que interactúan contigo más como un amigo que como un dispositivo y que entienden tu voz, los horarios de tu familia y tus compromisos laborales.
En muchas maneras, esos adelantos ya están sucediendo sin que nos demos cuenta. Damos por hecho que nuestro correo electrónico estará disponible para nosotros en cualquier dispositivo, por ejemplo, y esperamos cada vez más comunicarnos con nuestros dispositivos por voz en lugar de teclado.
“Muchas de esas ideas ya existían, pero no es hasta ahora que comienzan a materializarse”, dice Rob Lefferts, antiguo gerente general de Extensibilidad de Office en Microsoft y cuyos productos dependen en extremo de las herramientas de la revolución industrial. “Empieza a ser una etapa de grandes innovaciones”.
Aprovechar el tiempo
Juntas más cortas, mejor manejo del tiempo y más aprendizaje automático
“¡No tengo tiempo!”
Es el lamento del siglo XXI que nos obliga a elegir las juntas de trabajo en lugar de las comidas familiares, a dormir poco y a encontrar la manera de manejar el estrés excesivo.
La tecnología no puede agregar horas a nuestro día, pero sí promete ayudarnos a aprovechar mejor el tiempo que tenemos con herramientas que eliminan el trabajo fastidioso y monótono que complica nuestros días. Eso incluye actividades como buscar ese documento que alguien te envió hace cuatro semanas, encontrar a alguien en la oficina que te ayude con un proyecto, batallar con tecnología que rara vez usas e incluso escribir listas de asuntos pendientes.
Por lo menos, nos ayudará a llevar un registro de todas las cosas que no tuvimos tiempo de hacer hoy —para que podamos intentar hacerlas mañana—.
Juntas menos tediosas
Piensen en la última vez que entraron a una sala de conferencias para participar en una junta. Lo más seguro es que se la pasaron pensando en cosas mundanas —¿Qué silla será la más cómoda? ¿Nos darán algo de comer?—, así como en asuntos prácticos como “¿Por qué se me hace conocida la señora sentada a la derecha?” o “¿Tenía que haber leído algún informe o algo antes de venir?”
Si ustedes estuvieran a cargo de la junta quizá se sentirían algo nervioso; se preguntarían si el proyector podrá mostrar su presentación de PowerPoint o si podrán comunicarse con éxito al número de la conferencia telefónica.
Patrick Pantel se imagina un mundo donde todas esas inquietudes desaparecen al momento de entrar en la sala de conferencias. En su visión del futuro, una herramienta ya escaneó tu invitación a la junta y te dijo algo sobre las personas que asistirán —lo que hacen, de dónde las conoces, cuándo fue la última vez que trabajaron juntos— y también te recordó lo que necesitas hacer para acudir preparado a la junta.
Además, un sensor dentro de la sala ya reconoció tu computadora, tableta o teléfono y está cargando automáticamente tu presentación y marcando al número de la conferencia telefónica.
Pantel, gerente de investigación en Microsoft Research, afirma que, finalmente, esas herramientas pueden conducir a algo que todos disfrutamos: juntas más cortas. Considera que la junta promedio de 60 minutos podría llevarse a cabo en 45 minutos si no se pierde tiempo conectando los equipos y tratando de adivinar quién es quién y por qué están ahí.
Pantel es una de las mentes detrás de Microsoft Graph, un nuevo conjunto de herramientas que Microsoft espera que los desarrolladores utilicen para crear todo tipo de cosas que hagan más fáciles y eficientes nuestros días laborales.
Más ocupado que nunca
Tres razones por las cuales encontrar maneras más inteligentes de trabajar es más importante hoy que nunca.