Las plataformas que prescinden de los nombres reales, como Whisper y Secret, empiezan a ganar terreno. Facebook podría dar un giro en esta dirección
Durante una década Facebook ha impuesto la idea de una identidad en línea real ligada con cada usuario de la red social. Esto quizá esté bien para compartir las noticias de un ascenso o un nuevo bebé con los amigos, pero seguro que a veces te gustaría subir una actualización de estado que no apareciera en tu registro permanente.
Este impulso quizá sirva para explicar por qué millones de personas, muchas menores de 25 años, están corriendo a apuntarse a una aplicación para smartphone gratuita llamada Whisper (susurro, en inglés), que te permite compartir pensamientos -unas pocas líneas de texto contra una imagen de fondo- sin añadir tu nombre de verdad. Secret otra aplicación gratuita más nueva para iPhone que comparte pensamientos de forma anónima a través de tus redes sociales, se basa en la misma idea.
Tras pasar años llenando las redes sociales como Facebook y Twitter con los detalles de nuestras vidas, hemos dejado rastros permanentes muy retocados de nuestros datos personales, más de 1.200 millones sólo en Facebook, si tenemos en cuenta su número de usuarios. Estas nuevas aplicaciones nos permiten seguir siendo sociales sin preocuparnos por las repercusiones que pudiera tener compartir nuestras confesiones más personales.
"Facebook es la red social más global; es nuestra capa de comunicación con el mundo", sostiene el profesor ayudante de la Universidad de Syracuse (EEUU) que investiga redes sociales, Anthony Rotolo, "Ya no es un medio para compartir pensamientos personales".
El cofundador y director ejecutivo de Whisper, Michael Heyward, cree que su aplicación y otras como la popular Snapchat, que te permite compartir con los amigos mensajes que se autodestruyen, resultan atractivas porque aprovechan la preocupación cada vez mayor por la "huella digital" de cada uno y la idea de todo lo que subes a la web puede rastrearse de vuelta hasta ti. Heyward no quiere decir exactamente cuántos usuarios ha conseguido Whisper desde que se lanzó en 2012, sólo que hay "millones". Pero varias empresas de capital riesgo, entre ellas Lightspeed Venture Partners, han metido 24 millones de dólares (unos 18 millones de euros) en la start-up con sede en Santa Mónica, California (EEUU), hasta ahora.
Los usuarios suben "susurros" bajo el seudónimo que elijan, colocando el texto encima de una imagen tomada con la cámara del teléfono o escogida dentro de la aplicación. Se puede responder a los "susurros" de otros con el tuyo propio y además enviar mensajes directos privados a otros usuarios. Se pueden ver los últimos susurros y los más populares, o buscar un tema concreto mediante palabras clave.
En el tiempo que lo estuve usando vi de todo, desde "Echo de menos los días en que lo más complicado era escoger con qué Barbie jugaba" a "Tengo 19 años y voy a empezar el proceso de adopción de mi hermano pequeño".
Algunos susurros eran divertidos o absurdos, pero parece que muchos usuarios sí que usan la aplicación como un foro para decir la cruda verdad: había muchos mensajes del tipo: "Estoy destinado en Afganistán y nadie de mi pelotón sabe que soy bisexual. Me temo que arruinaría mi capacidad para dirigirlos" y "Soy dentista. Quienes traten mal a mi personal de recepción, sentirán un poquito más de dolor que los demás". Aunque no se puede saber si los textos son auténticos, al menos parece que hay gente usando la aplicación para desnudar su alma.
Heyward afirma que mucha gente usa la aplicación para buscar relaciones y consejos y también para compartir secretos. "Creo que la gente está deseando que haya más autenticidad y de verdad quieren sentirse más conectados con los demás", sostiene.
Sí que vi respuestas de apoyo a los susurros, y yo misma ofrecí alguna. Pero también detecté un puñado que parecían abusos, en respuesta a una mujer que preguntaba si estaba gorda, por ejemplo. Heyward afirma que no es lo habitual, pero muchos foros en línea y sitios de noticias que permiten a los usuarios comentar anónimamente ya demuestran que ocultar la identidad fomenta ese tipo de comportamiento.
Secret lo crearon los antiguos empleados de Google Chrys Bader y David Byttow. También permite a la gente divulgar pensamientos privados, pero de forma más controlada que la red abierta a todos de Whisper. Escribes unas líneas de texto y escoges un color o una imagen de fondo; entonces el "secreto" se envía a los contactos que también usan la aplicación, sin revelar quién lo ha escrito. Si tocan un icono de un corazón sobre la nota para indicar que les gusta, se reenviará a sus contactos y así sucesivamente.
Los mensajes de Secret no llevan ningún nombre de usuario adjunto, y cada persona que comenta en un secreto recibe un icono que será suyo exclusivamente, pero sólo para los comentarios asociados a ese secreto (el autor primero del secreto viene señalado por el icono de una corona junto a los comentarios).
Byttow y Bader esperan que la ausencia de nombres de usuarios y el hecho de que muchos usuarios se conocen entre ellos en la vida real (aunque permanezcan en el anonimato dentro de la aplicación) servirá para mantener los comportamientos abusivos al mínimo.
Muchos de los mensajes que vi en Secret giraban en torno a la industria tecnológica y San Francisco, probablemente porque allí se basa gran parte de mi red social. "¿Qué start-up están a punto de palmarla en los tres próximos meses?" preguntó un usuario (las sugerencias hechas en las respuestas incluían Path y el propio Secret). Aunque también había secretos confesionales, como uno que decía "Leí el buzón de entrada de mi ex en Gmail durante casi un año después de cortar".
Más allá de la emoción por compartir sin consecuencias, hay algo adictivo en leer secretos compartidos. Tanto con Secret como con Whisper era fácil distraerse por las cosas que subía la gente y no dejar de leer, leer y leer.
Secret es demasiado nuevo como para haber podido medir las costumbres de sus usuarios en profundidad, pero Whisper genera 3.500 millones de páginas vistas por mes, según el socio de Lightspeed, Jeremy Liew. Este fondo de inversión ha invertido tanto en Whisper como en Snapchat. Liew añade que los usuarios tienden a pasar media hora al día en la aplicación en sus smartphones. Si este deseo por compartir cosas de forma anónima crece, Rotolo espera que Facebook, Google y otras grandes empresas quieran apuntarse al carro también.
Y es posible que al menos Facebook ya esté dando un paso en esa dirección. En un reciente artículo en BusinessWeek, su cofundador y director ejecutivo, Mark Zuckerberg, indicaba que parte de las próximas apliaciones de la empresa permitirán registros anónimos. Esto supone un cambio significativo para la compañía, que fue pionera en defender la idea dela necesidad de una identidad en línea auténtica para comunicarse en y acceder a toda clase de sitios web.
Quizá no sea tan sencillo dar marcha atrás. A finales de 2012, cuando Snapchat crecía en popularidad, Facebook lanzó una aplicación prácticamente idéntica llamada Poke. ¿Dónde está ahora? Muy apropiadamente, languidece en el anonimato de la tienda de aplicaciones.
POR RACHEL METZ
TRADUCIDO POR LÍA MOYA
http://www.technologyreview.es/read_article.aspx?id=44769